Maximiliano Basilio Cladakis
Nuevamente nos
encontramos en las cercanías del 24 de marzo. Como obliga la datación del
calendario, la fecha siempre retorna. Pero cada retorno es distinto. El pasado vuelve
y se encuentra con el presente. Se genera entonces una imbricación entre ambas
dimensiones temporales. El pasado le habla al presente, el presente le habla al
pasado. Hay una colisión de temporalidades. El horror, las torturas, el
genocidio extienden su sombra sobre nosotros, nos toma y nos hace ser lo que somos y seremos. Y
nosotros respondemos a esa interpelación. En nuestro caso, elegimos conmemorar.
Y la conmemoración es un acto de compromiso no solo con el pasado, sino con el
presente y con el futuro.
Conmemorar es militar.
Nos lo enseñaron las Madres y las Abuelas.
La Memoria se realiza en el presente en la búsqueda de la Verdad y la
Justicia. Esa misma Memoria se extiende sobre el futuro con una afirmación: “Nunca
más”. La sentencia es promesa de estar
comprometidos a luchar contra el Horror. Nos involucra de manera integral y
existencial en los nudos del tiempo y de la historia. La conmemoración no solo
es conciencia del pasado, es conciencia de nosotros mismos y de nuestra inscripción
en una historia donde el genocidio es una realidad efectiva. Nos torna
manifiesta nuestra condición histórica. Somos en una historia y nos encontramos
necesariamente comprometidos con ella. Y la historia es un campo de lucha.
Se trata de una lucha que
recomienza de manera permanente. La sombra y el horror no fueron sepultados. El
fascismo también toma partido. O, bien por medio de la indiferencia, o bien por
medio de la afirmación del Terrorismo de Estado, a través del negacionismo, de
la teoría de los dos demonios, o de la creencia de que los militares vinieron a
cumplir la necesaria tarea de imponer orden. Hoy lo vemos a plena luz del día. Un gobierno
de extrema derecha que cuenta entre sus integrantes a apologistas del genocidio
y cuyo proyecto político es el mismo que comenzaron represores, asesinos y torturadores
en 1976 elige por el pasado, por el presente y por el futuro. Ellos afirman
aquello contra lo que nosotros luchamos. El pasado se encuentra en disputa.
Cómo también lo están el presente y el futuro. Clausuran la memoria, reprimen
de manera salvaje las manifestaciones sociales, extienden la miseria planificada
por toda la Argentina.
. Lo que está en juego
es el sentido de la historia. Es la temporalidad misma la que está en disputa.
La conmemoración es un acto de compromiso y de militancia que manifiesta
nuestra responsabilidad en esa lucha omnitemporal contra un enemigo que, parafraseando
a San Pedro, busca devorarnos.

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