Edgardo Pablo Bergna
Maximiliano
Basilio Cladakis
Cristina
Fernández de Kirchner ha afirmado, en más de una ocasión, que no cree en las
casualidades. Su creencia se condice con la realidad. Refiéndonos a su
proscripción política, no es un hecho casual. Por el contrario, se trata de la
manifestación de un entramado profundo, oscuro, donde el poder mediático, las altas esferas del poder judicial, el poder económico concentrado y una parte considerable del poder político
(LLA, PRO, la denominada oposición dialóguista, que en verdad son colaboracionistas
del Regimen) operan en bloque en una clara muestra de su potencial autoritario.
Decir que, en la
política, pocas veces acontecen las casualidades no significa afirmar teorías
conspirativas. Es pensar, relacionar, comprender la totalidad. Lo que ocurre en
nuestro país, ahora mismo, es la realización del Lawfare. Desde hace
años estamos hablando y escribiendo sobre esto. No nosotros, los autores de
este texto, sino desde la casi totalidad del campo nacional-popular. Ha sido
tema de debate en amplios espacios de militancia. Con este término se designa
la Guerra Jurídica contra proyectos políticos alternativos al neoliberalismo.
Los medios de comunicación hegemónicos comienzan una campaña de deslegitimación
de líderes populares; generan un sentido común que los demoniza; comienza a
resonar la palabra “corrupción” por todas partes. Y , entonces, aparece el
Poder Judicial para realizar las condenas tras procesos absolutamente endebles y carentes de razonabilidad jurídica.
Todo esto está
planificado. Pasó con Lula en Brasil, hoy pasa en Argentina con Cristina. Es
nuestra realidad efectiva. Del Warfare (Guerra directa) se ha trasladado
al Lawfare. Es decir, el modo clásico de impugnación de los proyectos
políticos populares, progresistas y emancipadores se llevaba a cabo con la
participación activa de las Fuerzas Armadas. Hoy se realiza por medio de la
articulación jurídico-mediática. Sin embargo, la finalidad es la misma: el
cercenamiento de derechos de las grandes mayorías para que el capital se realice
sin ningún tipo de restricciones. El Poder Real reconfigura la sociedad a
partir de sus intereses y de su mirada del mundo. Cambian las formas pero no el
contenido. Como dice el libro de Eclesiástes “no hay nada nuevo bajo el
sol”.
De los
bombardeos a la Plaza de Mayo, a los fusilamientos de José León Suarez, a los
dieciocho años de proscripción del peronismo, a los 30000 desaparecidos, al
intento de Magnicidio contra Cristina y, hoy, a su proscripción. Son distintos
hechos que se articulan en una misma trama, en un mismo sentido. No son hechos
casuales. Es la historia de la opresión.
Esto es la
derecha. Esto ha sido siempre la derecha. La derecha oprime. La derecha no
tiene límites.
Hasta hoy se ha hablando de un gobierno
fascista. Con la proscripción de Cristima y la realización del Lawfare quizá
deba comenzar a pensarse en la convivencia de un gobierno fascista dentro de
una dictadura civil. Este término puede parecer duro. Sin embargo, es nuestro
deber pensar con dureza, sin resquemores. La historia nos lo exige. La
procripción política y el dominio de los poderes fácticos disuelven la
democracia. Incluso, en su sentido formal que es el electoral. Una dictadura
civil es la cancelación de la oposición a un régimen sin intervención de las
Fuerzas Armadas. Nuestros derechos económicos, sanitarios, educacionales,
civiles y políticos están siendo vejados. Y es una vejación que se profundiza
día tras día.
La proscripción
de Cristina es la proscripción de la Oposición. Y esto es la proscripción de la
política y de la democracia.

Me permito agregar una opinión: la guerra judicial se instaló en poco tiempo en toda Nuestramérica, en algunos países con más éxito que en otros. Es casi una obviedad considerar que se trata de un plan bien organizado. En una época, se conoció que el departamento de estado se valió del poder militar cipayo para conseguir llevar a cabo el latrocinio. No creo que se tarde demasiado en establecer que lo que antes hicieron los míticos, ahora lo lleve adelante el.poder judicial
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