martes, 26 de marzo de 2024

Laura

 

Maximiliano Basilio Cladakis


La vi por primera vez a los pocos días de mudarme. Me acababa de separar de Claudia. Era una de mis primeras noches en ese PH que estaba lejos de ser algo siquiera semejante a un hogar. Se trataba de una época de insomnio, algo normal luego de finalizar una relación de siete años. Estaba en el living con una película de Tarantino de fondo. No recuerdo si era Bastardos sin Gloria o Django. No le prestaba atención. Era una noche de lluvia y, por fortuna, el lugar que alquilaba daba a la calle. Mientras fumaba miraba por la ventana. Era un barrio tranquilo. Y más en una noche de lluvia de entresemana.

Serían alrededor de las dos de la mañana cuando apareció. Caminaba por la vereda de enfrente. Llevaba el pelo atado, pude ver que se entrecruzaban el rubio, el rojo y el azul. Iba con anteojos de sol y vestía una musculosa negra y una calza verde. Me llamó la atención, no sólo por ver pasar a una mujer joven a esa hora, bajo la lluvia, ni tampoco por el uso de los anteojos negros, ni por su vestimenta en una noche fría y mojada. Caminaba como si no lloviera, como si el entorno no existiese. La observé todo el tiempo que me permitió el largo de la ventana.

Al cabo de un rato, me fui acostar. Esa noche tampoco dormí.

 

 

 

La siguiente vez que la vi, estaba volviendo de mi trabajo, unas dos o tres semanas después. Había sido un día agridulce. Por un lado, habían anunciado el fin de los incentivos docentes, disposición anunciada por el nuevo gobierno nacional de extrema derecha. Una vez más, pues, la gente, había elegido a sus verdugos. Pero, por otra parte, Silvana había tenido una charla extraña conmigo. Creo que me invitó a salir. La conocía desde hacía unos dos años y nunca me había percatado de que quizás yo le gustase. Ella era profesora de matemáticas, yo de historia, dos materias muy distintas. Pero, al mismo tiempo, ambos éramos considerados los zurdos de la escuela, tanto por directivos, como por docentes y preceptores.

Caminaba por la cuadra de mi casa y  la reconocí desde atrás. Iba por la vereda de enfrente, en la misma parte que la vez anterior. Vestía de la misma forma. Una mujer estaba entrando a su casa con sus dos hijos; volvían de la escuela. Cuando se cruzaron, la madre agachó la mirada y noté que les dijo algo a los niños. De un instante a otro, la perdí de vista, como si se hubiese esfumado en el aire. No le presté atención al tema. Estaba cansado, y, como dije, el día me había dejado con una sensación de ambigüedad.

Sin embargo, el sábado siguiente, eso cambió. Eran alrededor de las cinco de la tarde. Salí a comprar cigarrillos y el vecino de al lado, con quien había hablado unas pocas veces, me cruzó para preguntarme si tenía Internet. Me dijo con preocupación que él llevaba tres días sin servicio. Yo asentía de manera automática demostrando una preocupación fingida. Mientras hablábamos, o mejor dicho mientras él hablaba, apareció de nuevo. Pasó por la vereda de enfrente y vestía exactamente de la misma forma que las otras dos veces. Caminó unos veinte metros y desapareció. Así, se diluyó en el aire. Lo vi con toda claridad. Mi vecino también la vio. Sin embargo, no dijo ni hizo nada. Continúo hablándome de su servicio de Internet. Yo estaba anonadado, confuso. Corté la conversación, que era un monologo de quejas, de la manera más amable posible y fui a comprar cigarrillos.

 

 

 

Los días fueron pasando y me di cuenta que esa joven formaba parte del paisaje de la cuadra, como lo hacían los árboles en las veredas. Cada tanto, esporádicamente, ella aparecía y caminaba los mismos metros en la misma cuadra con la misma ropa para luego desvanecerse.  Cuando un vecino se cruzaba con ella, agachaba la cabeza o miraba hacia otro lado. Nadie hablaba de ella. Tampoco yo me atrevía a preguntar. Sin embargo, a diferencia de los demás. Yo sí la miraba. No porque fuera más valiente, ni mucho menos. Creo que siempre fui bastante cobarde. Era, más que nada, porque sentía una fascinación por ella. Incluso, le había puesto un nombre: Laura. No tenía ningún fundamento. Creo que tampoco conocí a nadie con ese nombre. Sin embargo, algo me llevaba a nombrarla así.

 

 

 

Con Silvana salimos varias veces hasta que finalmente iniciamos una relación. Ella era unos pocos años mayor que yo. También separada. A diferencia de mí, tenía dos hijos. Los conocí y me cayeron muy bien; como, creo, yo lo hice con ellos. Ella realmente era una mujer extraordinaria. Inteligente, comprometida, siempre preocupada por los otros, increíblemente atenta conmigo. Era lo opuesto a Claudia. Estaba enamorada de mí; y yo también me había enamorado de ella.

Pasábamos los fines de semana juntos. Incluso, en un feriado puente, fuimos a Mar del Plata. Lo viví como una prueba de fuego. Y, a pesar de mis miedos, fueron días hermosos. Si bien yo era el que iba más seguido a su casa, ella también venía a la mía. Cuando lo hacía me generaba cierta ansiedad. Nunca le había hablado de Laura. Y temía que la viera. Mi temor tenía varios fundamentos. Por un lado, ver a algo similar a un fantasma podría hacerle muy mal. Por otro, podría cuestionarme porque nunca le había hablado de ella. Sin embargo, lo que más podría molestarme, es que,  luego de verla, y que yo le contase todo, tomara la misma actitud de mis vecinos. Normalizar lo que no puede ser normalizado, ignorarla, serle indiferente. Laura me importaba. Mucho más de lo que me gustaría admitir.

 

 

 

En una ocasión,  estaba sacando la basura y ella apareció, como siempre. En ese momento, pasó un automóvil con unos jóvenes. También la vieron. Le gritaron cosas terribles. Me ofendí tanto que los insulté. Me escucharon. El automóvil dio marcha atrás y los dos muchachos bajaron de él a enfrentarme. Como dije antes, siempre fui un cobarde, sin embargo, la indignación fue mayor que el miedo y no dudé en hacerles frente. Recibí, obviamente una paliza. Un vecino amenazó con llamar a la policía y se marcharon. Recibí varios golpes pero nada grave. Fui al hospital a hacerme ver. Silvana se enojó mucho cuando se lo conté. Y vino inmediatamente a mi casa.

Le dije la verdad. Que me había enfurecido cuando esos muchachos le gritaron barbaridades a una chica que pasaba por la vereda de enfrente. Silvana me sonrió y me acarició el rostro. Había un dejo de admiración en su mirada. Esa noche hicimos el amor de manera salvaje.

 

 

 

Mis temores nunca se cumplieron. Silvana nunca se cruzó con Laura. El recuerdo de Claudia ya se había diluido casi del todo. El insomnio se había convertido en una anomalía. Comencé a sentir que tenía un hogar después de mucho tiempo. No me refiero al PH, sino a sentirme enraizado en el mundo. Tenía una pareja con la cual nos amábamos, redescubrí el sentido de la docencia y  y lo ligaba a la militancia contra la derecha que gobernaba. Con Silvana incluso nos habíamos acercado a una Unidad Básica y comenzamos a militar de manera casi orgánica.

 Sin embargo, llegó el momento esperable. La propuesta de vivir en pareja. Yo alquilaba. Silvana tenía casa propia y mucho más grande y cómoda que el PH donde yo vivía. Lo razonable era que yo me mudase con ella. Y eso significaría no volver a ver a Laura. Estiré la toma de decisión durante un tiempo. Di, como excusa, esperar a la que se terminé el contrato de alquiler. Silvana lo aceptaba, aunque se daba cuenta que, más que nada, se trataba de una excusa.

Fue algo que tensionó la relación. Comenzamos a tener desacuerdos y discusiones por temas banales, que en realidad eran expresión del malestar generado por la situación. Cuando pasaban estas cosas no veía enojo en su rostro, sino tristeza. Me dolía mucho. No quería que sufriera. Tampoco podía dejar la cuadra donde vivía.

 

 

 

Un sábado a la noche, estábamos en su casa. Sus hijos estaban con el padre. Y tuvimos una discusión muy fuerte. Me gritó y me dijo cosas bastante hirientes. Yo también lo hice. Me fui de su casa a mitad de la noche. Ella lloraba. Yo no.

 

 

 

Silvana vivía en CABA, yo en el primer cordón del Conurbano. Antes de usar la aplicación para que un automóvil me llevase a mi casa, decidí caminar. Quería aclarar mi mente. Vagué por varias cuadras y me senté en el banco de una plaza que no conocía. Estuve un rato largo fumando y mirando cómo se nublaba el cielo. No había nadie en la plaza ni tampoco en las calles aledañas. Cada tanto pasaba un patrullero.

Saqué el celular del bolsillo de mi campera para finalmente irme a mi casa. Como solía tenerlo sin volumen, recién entonces vi las llamadas perdidas. Era Silvana. También vi que me había dejado varios mensajes de WS. Me pedía perdón y me pedía que hablemos. Entre otras cosas, además, decía que me amaba. Sentí una presión en pecho y un nudo en el estómago. Ella no había hecho nada. Yo sí. Porque no tomar una decisión es tomar una. Me sentía que yo era Claudia y que ella era yo. No quería perderla y tampoco lastimarla.

 

 

 

Suspiré. La iba llamar. Le pediría perdón y me haría responsable de nuestro presente y de nuestro futuro. Esa noche no terminaría con llantos ni dolor, sino con futuro y compromiso. Quizá, si nos organizábamos en uno o dos meses podríamos estar viviendo juntos. Sin embargo, sentí que una mano se apoyó, desde atrás, sobre mi hombro izquierdo.

Me di vuelta inmediatamente. Era Laura. Se quitó los anteojos y me sonrió. Por primera vez en todo ese tiempo le vi los ojos. Eran marrones y tristes. Me preguntó si podía sentarse en el banco. Su voz era dulce, pero al mismo tiempo, sería y melancólica.  No me atrevía a hablarle, así que me limite a asentir con la cabeza.

sábado, 23 de marzo de 2024

Memoria, Verdad y Justicia marzo de 2024


 

Edgardo Pablo Bergna


     A la vicepresidenta Victoria Villaruel, hace pocas horas, se le escuchó decir: Si quieren festejar el golpe, allá ellos, yo no lo festejo (…) claramente hay un morbo con esa fecha” Fue en el marco de una entrevista televisada desde el Senado de la Nación donde amablemente le preguntaron por la ”marcha del 24”. Señalamos a la vicepresidenta que las marchas por nuestros 30 Mil No sonfestejo” ni “morbo”, es Memoria.


     Hace unos pocos días, por éste medio, mostrábamos nuestro repudio al cobarde ataque sobre una militante de H.I.J.O.S los “terroristas” dejaron escrito las siglas de “viva la libertad carajo” lema con el que se identifica el partido político que llevó a la vicepresidenta al Poder Ejecutivo y a la presidencia del Senado de la Nación. En la entrevista, señalada antes, le preguntaron su opinión sobre el atentado a lo que respondió: "Eso lo tiene que investigar la Justicia (...) Hay que cortarla con el relato que hace la izquierda" . La Justicia es un valor al que se dirige la acción, que evitan, los jueces del Poder al que la vicepresidenta se refiere. Para el caso de la militante de H.I.J.O.S y la de tantas otras y otros detenidos, desaparecidos, torturados y mutilados lo que exigimos es la Verdad.



     Hace pocas horas, el presidente de la Nación Javier Milei se reunió en Casa de Rosada con el Grupo de los Seis. El (G-6), son empresarios que apoyan explícitamente las políticas socio-económicas del gobierno, forman parte del llamado “circulo rojo” y representan el poder fáctico, que concentra la mayor riqueza en el país. Son responsables de los despidos laborales, aumentos de tarifas, precios de alimentos, medicamentos, en suma, muchos “empresarios”son condición de posibilidad para gobiernos autoritarios y antidemocráticos. La Conadep registró, en oportunidad del Juicio a las Juntas, la evidencia que aportaron trabajadores manifestando conflictos laborales que terminaron en secuestros y desapariciones. Acindar, Mercedes Benz, Molinos Rio de la Plata, Ledesma, La veloz del Norte, empresas y nombres que surgen acompañando al golpe de 1976 y en el presente a los gobiernos de derechas de Macri antes y ahora Milei. Para con estos sempiternos responsables de la crueldad y humillación de nuestros pueblos pedimos Justicia.



     El acto de conmemorar es conectar el pasado con el presente. El presente dinamiza el pasadono lo esclerotiza. No es lo mismo conmemorar a nuestros 30 Mil hoy que a nuestros 30 Mil hace diez años. Cada conmemoración es distinta porque contiene y supera todas las demás conmemoraciones, es memoria situada y reinterpretada cada vez, por eso es necesaria. Porque es combativa y bella se la acusa de “festejo” y “morbo”. En cada conmemoración del 24 de marzo marchamos, con madres, abuelas e H.I.J.O.S, como decía Celaya, respecto de la poesía, nuestras marchas son “un arma cargada de futuro”.











jueves, 21 de marzo de 2024

Repudio a la violencia ejercida contra una militante de H.I.J.O.S.

 

   Por este medio hacemos presente nuestro más enérgico repudio a los hechos violentos sobre la persona de la militante de H.I.J.O.S. atacada en su domicilio. Siendo claros los signos de violencia política, nos solidarizamos con ella e insistimos (porque lo hemos señalado antes) en que una de las causas de esa violencia se halla en el discurso. Y para no ser abstractos, y ya que los atacantes firmaron su accionar con VLLC (viva la libertad carajo), especificamos el acto como atentado político, que remitiría al marco ideológico del Gobierno Nacional abonado por el discurso violento del mismo Presidente de la Nación, para quienes no siguen como autómatas sus bravuconadas, y se extiende a sus Ministros y vocero. Basta la cantidad de archivos, a la mano de quienes quieran informarse sobre las formas y fondo de sus expresiones públicas, incluso negando el número de desaparecidos y gestos reivindicatorios a las dictaduras.


    A poco de conmemorarse otro aniversario del golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976, insistimos. La deshumanización, la banalización y la naturalización de los discursos de odio, siendo incluso violento negar que existan, como ocurrió en ocasión del atentado a la ex-vicepresidenta Cristina Fernández, con dolo en la impunidad de los autores intelectuales, conduce, casi, con seguridad al despliegue de actos violentos que nos recuerdan que es necesario dar la batalla cultural de forma permanente, pues las conquistas sociales y culturales, según nos muestra la historia, no lo son.


lunes, 18 de marzo de 2024

El Mal en nuestra historia

 Maximiliano Basilio Cladakis


Nuestra historia está atravesada por el Mal. El genocidio perpetrado por la Dictadura Cívico-Militar es una de sus expresiones más terribles. Lo demoniaco, lo inhumano (que sólo puede emerger de lo humano), lo que excede toda conceptualización se encuentra inscripto con sangre en él. Y, entonces, aparece un número: 30000, el número del Horror, de la posibilidad de lo imposible, de lo impensable, aquello que derriba todo optimismo y toda ingenuidad a la hora de intentar comprendernos. El número que se niega para que el genocidio continúe perpetuándose.

 El Mal se apoderó de nuestro pasado, y , por tanto, continúa haciéndolo sobre nuestro presente y sobre nuestro futuro. Porque el pasado nunca es totalmente pasado. Su sombra se yergue sobre nosotros y sobre las próximas generaciones. El tiempo se anuda, converge en un plexo de múltiples posibilidades. Nada está cerrado, nada se encuentra redimido. Nuestro presente lo confirma. Un gobierno que niega el Horror, que niega el número, y que defiende a sus perpetradores (lo que significa defender secuestros, torturas, violaciones, robos de bebés), emplea con cinismo macabro la palabra “Libertad”.  No se trata de un extravío, ni de un delirio que movilizaría a la burla: es la perversión. Se trata del Mal obrando con absoluta impunidad y goce.

Y de ese Mal somos responsables. Luchamos contra él o somos cómplices. No hay alternativas ni excusas. Existimos en una historia que nos hace y a la que hacemos. Como señala el filósofo francés Paul Ricoeur, el hombre que asume su libertad y su responsabilidad descubre que el Mal está ahí, que siempre lo estuvo. Callar, por tanto, nos vuelve cómplices. No somos inocentes. Estamos exigidos a recordar; y recordar es conmemorar, y conmemorar es visibilizar.

 Y lo que se visibiliza es la trama histórica en su totalidad. Las luchas por el presente se articulan con las luchas por el pasado y por el futuro. Nuestra libertad y nuestra responsabilidad se realizan en un horizonte histórico donde las víctimas continúan reclamando justicia y donde los genocidas encarnan en nuevas voces y nuevos cuerpos para continuar vejándolas. La maldición retorna y el pasado se vuelve disputa sobre el presente y el porvenir. La Memoria es una lucha que trasciende los tiempos y que en pos de la Verdad y de la Justicia nos sumerge en el compromiso y en la acción, que nos involucra en una disputa que nos obliga a tomar una posición.



miércoles, 13 de marzo de 2024

Voz, Patria y Familia

Astrid Soledad Rosato


Se sirvió agua en el mate y escuchó como este le hablaba. Miró dentro de la yerba, húmeda y caliente, y sumergió los dedos hasta el fondo quemándose.  Gritó de impotencia. La voz seguía intacta. Nada lograba apagarla. Ni siquiera el dolor. Le hablaba de cosas terribles y de orígenes desconocidos.

Tiró el mate contra la pared. La voz se esparció como una luz por toda la casa, tomando paredes, pisos y muebles. No había donde correr. Se escondió bajo la cama. Sentía como unos pasos pesados se acercaban. Goteaba algo acuoso. La voz gemía y reía.

Buscando escapar se arrastró lentamente hasta el baño. Cerró la puerta con llave. Del otro lado, la voz estaba furiosa. Arañaba y golpeaba. Se escurrió por debajo de la puerta. No era sencillo para ella materializarse pero lo estaba logrando. Él cerró los ojos, se tapó los oídos y gritó con fuerza.

Ya nada importaba. Entre gritos, rogaba internamente tener algo de paz y de silencio. Su piel se había vuelto levemente roja, en realidad rojiza. No lo notó sino hasta el momento en que lentamente levantó la vista, encontrándose con el espejo.

Sus ojos se cruzaron con su reflejo. Sonrió. Una mueca se dibujó en su cara, como si la estuvieran tironeando de otro lado. El cuello hizo lo suyo, una contracción fugaz.

La voz por fin tenía un lugar cómodo donde vivir.

Lo que la voz no anticipaba era que en tres meses ese cuerpo sería Presidente de la Nación.

 

 

martes, 12 de marzo de 2024

No hay libertad, hay destino.

No hay libertad. Hay destino. Como señala Mark Fisher, existe un realismo capitalista que significa la imposibilidad de superación, tanto en términos teóricos como políticos, de lo que es. La realidad dada es insuperable, estática, imposible de transformar. Solo ha de ser lo que es. Se impone, pues, un destino. Si el capitalismo se fundamentó, en sus orígenes, en la noción de libertad, hoy lo hace en la de destino. Los griegos también pensaban en un destino inexorable que estaba movilizado por una fuerza que, incluso, era desconocida por los mismos dioses.  Esa fuerza misteriosa adquiere entre nosotros varias denominaciones: mercado, capital y economía son algunas de ellas.

Cada uno de nosotros encuentra su vida ya determinada según rol y función en la división social del trabajo.; la tercera parte de la población mundial se encuentra subalimentada; el uno por ciento posee el noventa y nueve por ciento de la riqueza a nivel global. Se trata del orden natural. Es lo ha de ser porque es lo que es. Es justo que así sea ya que el destino lo determina. Toda querella contra el modo en que se encuentra configurado el mundo, se reduce a una simple queja sin sentido y a la ignorancia en torno a cómo el mundo realmente. Los querellantes deben ser esclarecidos ya no por pitonisas, sino por economistas, periodistas y hombres de negocios que operan como mediadores entre los mortales y estas fuerzas misteriosas que producen y consolidan la realidad.

En su fase actual el capitalismo determina nuestras vidas en todos sus ámbitos. La realidad anula la posibilidad. Nuestras opciones se reducen a dos. O bien somos instrumentos útiles (pero también intercambiables) en el proceso de maximización y concentración de riquezas. O bien, somos sobrantes, para quienes no hay derechos ni justicia, sentenciados desde antes de nacer a la marginalidad.  Si estamos en la primera situación, debemos ser agradecidos. Si nos encontramos en la segunda, solo queda resignarnos. Claro que también está la alternativa de rebelarnos. Sin embargo, el destino de quienes lo hagan es la estigmatización, la persecución, la cárcel e, incluso, la muerte.

En esta última opción, no importa si somos figuras reconocidas o no. Cristina Fernández de Kirchner fue dos veces Presidenta de la Argentina. En el ejercicio de Vicepresidenta le gatillaron dos veces en la cabeza, a la vista de todos. Cientos de veces vimos el video. Sin embargo, el intento de magnicidio y de femicidio quedó impune. Incluso, fue celebrado. Hay un libro de Modesto Guerrero sobre Hugo Chávez que lleva por título El hombre que desafío al destino. Cristina también lo hizo. Su gobierno enfrentó a las grandes corporaciones  económicas y mediáticas, realizó una ampliación de derechos pocas veces vistas en la historia argentina y llevo a cabo una redistribución del ingreso sumamente relevante. Y por eso fue castigada. Incluso hoy mismo, amplios sectores del peronismo la responsabilizan de la derrota electoral de 2023. La estigmatización por desafiar al destino lo recibe tanto de propios como de ajenos.

Continuando con la Argentina, uno de los dos partidos del actual cogobierno lleva en su nombre la palabra “libertad”. Sin embargo, su plan de gobierno es hacer aún más inexorable el destino. El neoliberalismo que practica como así también el anarcocapitalismo que profesa (cabe aclarar que se trata de una contradicción en los términos) entronizan la realidad dada y hacen sucumbir la libertad de los seres humanos a las fuerzas del capitalismo. La violencia barbárica del actual Presidente puede ser leída, incluso, como la violencia del Destino contra quienes eligen la libertad frente al fatalismo decretado por fuerzas inhumanas.



domingo, 10 de marzo de 2024

Caos y tiempo

 

primer día marzo 2024


          Nuestra opinión sobre las políticas del gobierno del Presidente Javier Milei. Neo-barbarismo conservador, políticas antiderechos y conservadoras, probadas en su ineficacia, en Argentina y el mundo. 

    Caos y Tiempo. La situación política actual nos demanda acción. Las y los que participamos en este espacio nos vemos consternadas y consternados, tanto por las decisiones, como por el modo en que se toman medidas desde el gobierno Nacional. Decisiones políticas sobre instituciones culturales y sociales, científicas y técnicas que implican la disolución de una visión del mundo y el nacimiento de un nuevo bloque histórico. Hegemonía acorde con una mirada donde prevalece el individuo sobre la comunidad, la econometria financiera sobre valores éticos, e invierte la famosa cita de Terencio en: Individuo soy, todo lo humano me es ajeno. No creemos que este gobierno no sepa lo que hace, ni que su configuración sea caótica, al contrario, vemos acciones socio-políticas clásicas y conservadoras, probadas en su ineficacia, tanto es así que creemos que las medidas se toman con la debida conciencia de su perjuicio. También debemos señalar que los tiempos empleados para la concreción de las prácticas políticas han sido y son deliberadamente aceleradas y probablemente en sentido táctico. Por todo esto, entre otras causas, es que estamos dispuestos, a aportar desde aquí con la acción de la palabra aquello que suponga la rehabilitación de lo Humano, lo Comunitario y la Justicia Social. Porque creemos que estamos a tiempo de evitar convertirnos en una “serie” de “energúmenos” contribuiremos al despliegue contradictorio de convergencia de los bordes al centro. Centro donde reside el neo-barbarismo conservador.

     Caos. No. El caos no es aquello sujeto a oprobios, no nos parece algo que debamos omitir, aunque cuando creemos llegar a su concepto deje de llamarse Caos, eso es lo cautivante pues nos mantiene en movimiento. Caos es el nombre que nombra aquello que deja de ser ante lo cual surge el asombro, para algunos, es aquella situación originaria y prepolítica que determinó la constitución de un Estado, para otros el Caos es un horizonte incognoscible, o la condición de posibilidad del “orden” o un sistema dinámico que evoluciona con el tiempo. Son muchas las teorías que ensayan con lo indescriptible. Con esa nada que todo ser lleva dentro de si. Nos acompaña el Caos en esta nueva publicación.

   Tiempo. Si. El tiempo es tan concreto e inflexible en las citas, en los trenes mas o menos puntuales, todos creemos saber que es. ¿Y si tenemos que escribir sobre el tiempo? escribimos una cartilla de horarios de trenes. Caos. Algunos han definido el tiempo como lo indefinible. Caos en pleno dinamismo fundamental, y entonces al caos se le aparece el tiempo como determinación. Por ello la incipiente relación de nuestra publicación Caos y Tiempo



Profundizar la esclavitud

  Maximiliano Basilio Cladakis El proyecto de reforma laboral impuesto por el actual gobierno tiene como significado profundizar la esclavi...